

El galeón San Mateo, fue llevado al museo naval de Madrid y si el tío Mateuet no hubiera sido tan moncofero, hubiera sido un artista reconocido y de grandes encargos.
Era muy detallista en su trabajo, su navajita daba forma a la madera, los hilos, el pergamino, las poleas de azabache, y la paciencia lo convertían en gran artista.
Con un cuerno de toro hacía un pez sierra, de un tronco sacó el Sebastián El Cano, hacía sacerdotes y sacerdotisas del antiguo Egipto y antigua Roma. Carros romanos y gladiadores, todo lo que le venía a la mente.
Marinero de vocación y de oficio, también desempeñó oficios como peón caminero, cocinero de clínica, constructor de vías para tranvías.
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